El nuevo camino que impone la música electrónica contemporánea

Hoy nuestro musicólogo de cabecera nos trae este interesante texto sobre el avance de la tecnología en la música y el nuevo camino que impone la música electrónica.

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En nuestros días, el impacto de la música electrónica en la sociedad occidental es cada día más evidente. Hizo su incursión en nuestras vidas a partir del invento del fonógrafo. Stockhausen afirmó que cualquiera que escuchara en su casa una pieza de Stravisnky, estaba escuchando música electrónica. Sin duda resulta chocante dicha afirmación, pero no por ello deja de ser cierta. El ruido propio del aparato reproductor dota de ciertos matices a la grabación, y es variable según se utilice un aparato de reproducción u otro distinto. Desde entonces, los aparatos de música electrónicos han ido acomodándose en nuestra vida cotidiana.

 mixerEl avance tecnológico es tan rápido, que a pesar de poder vislumbrar y analizar  el pasado como nunca antes en la historia del hombre, se nos hace muy complicado el poder analizar objetivamente los logros alcanzados en nuestros propios días. Desde el comienzo del siglo XX, el tiempo pareció avanzar más rápido. El ritmo de vida en las ciudades aumentaba, y el ritmo al que un hombre podía acabar con la vida de otro ser humano también crecía notablemente.

 El ritmo de vida, que se nutre con los nuevos avances y con la nueva sed de  conocimiento, es el causante de los nuevos caminos que tomaron los compositores a lo largo de todo el siglo XX. Los sectores más conservadores y clásicos, tomaban a los ejercicios de estos nuevos compositores como mera experimentación, pero Stockhausen, Delia Derbyshire o John Cage fueron los precursores de un nuevo modelo de composición. Fueron los primeros en advertir las nuevas posibilidades que ofrecían los nuevos instrumentos y las nuevas tecnologías.

 El minimalismo surge a finales de los años 60, y fue el termino elegido por algunos críticos de arte para etiquetar ciertas obras de Reinhardt o de Duchamp. En ellas el contenido formal de la obra es sencillo o escaso, y su virtud reside en su contexto intelectual. En seguida la música se hizo eco de este nuevo movimiento, y los trabajos de Steve Reich o Philipp Glass se calificaron como obras minimalistas.

 music-studio-En estos trabajos se observa un trabajo exhaustivo en el sonido. Se juega con las texturas que ofrecen los nuevos sonidos, y con la descomposición y recreación de estos, dejando a un lado los elementos decorativos y simplificando los elementos orquestales. Las nuevas formas de composición musical, como la atonalidad o la dodecafonía, que fueron surgiendo a lo largo del siglo, hacían intuir un progresivo abandono de los rasgos compositivos barrocos, clásicos y del romanticismo.

 A estos primeros compositores de música electrónica, a los que se engloba dentro de la música culta, les siguieron otros en la década de los 80, como Rhys Chatham, Ted Levin o Mikel Rouse que empezaron a emplear estructuras pop para sus trabajos. Al igual que sucediera con los minimalistas, a estos compositores se les engloba dentro del movimiento postmodernista, término que sirvió para englobar numerosos movimientos artísticos nacidos a partir de la segunda mitad del siglo XX.

 Un caso llamativo es el del compositor estadounidense John Zorn, que introdujo elementos de la música popular en sus obras, pero siempre dotándolas de un toque cómico o crítico, o simplemente deconstruyendo las rasgos distintivos de dichos elementos populares.

 Con el comienzo del siglo XXI, los compositores han seguido continuado en esta línea, pero ayudados por los últimos avances en el ámbito de instrumentos y software electrónicos. También son esenciales los avances llevados a cabo en materia de comunicación, los cuales han generado una sociedad cada vez más globalizada. El músico no es ajeno a ello, y el mundo occidental a podido abrir sus puertas a diferentes estilos, ampliando su conocimiento y aprendiendo nuevas técnicas compositivas e interpretativas hasta ahora sólo desarrolladas en lo que denominábamos países exóticos.

 La música electrónica contemporánea, ha tenido que lidiar con las criticas de los sectores más conservadores, y a menudo no son más que prejuicios o el simple desconcierto ante algo que se nos presenta como nuevo. Dentro de este sector, podemos encontrar a personas que creen que se trata de una raza especial y marginada de compositores, interesados sólo por la música electrónica. Y en ocasiones se alude a este tipo de música con términos como “raro”, “muy moderno” (como si la “rabiosa” actualidad fuera algo negativo), ciencia ficción” o incluso “deshumanizada”. Esto se debe a que en su imaginación se presenta la imagen de un escenario sin presencia humana, donde las máquinas han ganado la partida al ser humano y el ruido a triunfado sobre la música.

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 Pero cuando hablamos de música electrónica, no hablamos de un estilo concreto, sino de una técnica musical, donde los avances en materia tecnológica han ido permitiendo al músico un mayor análisis y experimentación del sonido, parecido a lo que tuvo que suponer la invención del piano en el siglo XVIII. Hablar de música electrónica como un estilo propio, sería como hablar de música de oboe, donde una categorización por instrumento nos impediría entender el resto de variables implícitas en la composición musical, que van más allá de la elección de una sonoridad o carácter particulares.

 Por lo tanto, hay que centrarse en el impacto que produce el desarrollo de la música electrónica en el computo global y universal de la música. Parece conveniente recordar las palabras del compositor alemán Stockhausen:

 – “Los sonidos instrumentales existentes son pre-formados, dependientes de la manera como están construidos y de cómo son tocados los instrumentos: son objetos. ¿Acaso los compositores de hoy construyeron el piano, el violín, la trompeta? determinaron cómo deberían ser tocados? la estructura de una composición y la estructura del material utilizado en ella deben derivarse de la misma idea musical”– Karlheinz Stockhausen

 La historia de la música culta en el siglo XX se ha basado en el desarrollo de una mayor complejidad armónica, melódica y rítmica. Pero esta búsqueda de una mayor complejidad no aseguraba la calidad en las obras musicales. Por ello, el minimalismo resultó ser una válvula de escape.

 Muchos compositores de música culta electrónica se burlan del 4/4 y reniegan de su uso en sus trabajos, por considerarlo simple o popular.  Esta actitud, es la misma que los compositores clásicos adoptaban al rechazar elementos del jazz por no ser lo suficientemente sofisticado. No es coincidencia por tanto, que los compositores del minimalismo si que se dejarán influenciar por el jazz y por otras músicas populares.

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  Desde 1980 hasta nuestros días, la cultura del disjockey se ha extendido por todo el mundo. Hablamos de una música que se mueve, que vende, y que apasiona a un público cada vez más mayoritario. Esta expansión de la música de baile, y sus diferentes híbridos (house music, drum&bass, etc), a popularizado a la música electrónica. Esto ha resultado ser un inconveniente para la mayoría de críticos musicales, que han visto como este tipo de música se convertía en entretenimiento para las masas. Sin embargo, hay que recordar que las primeras óperas de Monteverdi eran entretenimiento popular, tanto o más que mucha de la producción musical del siglo XIX, que se mantiene todavía en el repertorio clásico contemporáneo.

 A su vez, otro sector de la crítica no se dejaba convencer por la apariencia , y al indagar más a fondo, descubren una música electrónica que es llevada a un ámbito más artístico, que no debe significar, dejar a un lado las grandes audiencias. Artistas que un día hacen un concierto para 40.000 personas en un festival de música en Dortmund, al día siguiente actúan en un teatro pequeño en Barcelona; ofreciendo una performance para un público más selecto, y al día siguiente ofrecen un concierto con un trabajado soporte visual en el Moma de Nueva York.

 Productores como Richie Hawtin o Aphex Twin, son capaces de desarrollar una composición musical a través de un proceso conceptual, evocando paisajes sonoros únicos que hasta entonces no se habían logrado, gracias a la incursión de las nuevas técnicas compositivas electrónicas. Además, artistas como Fischerpooner o Dj Spooky, consiguen auténticos espectáculos teatrales con sus actuaciones en directo.

 Esta nueva generación de conciertos empezó a surgir a mediados de la década de los ochenta, con la denominada cultura rave. Al igual que surgió la ópera en Italia, de gran éxito popular, pero también con su detractores (defensores de la música barroca o no conformes con el cambio llevado a cabo), una nueva forma de entender los conciertos iba a nacer con la cultura del acid house, especialmente en Inglaterra.

 A partir de ese instante, el artista no va a ser el centro de atención en los eventos relacionados con música electrónica. Se buscan espacios que llamen la atención del público, a menudo separados del centro de las ciudades y siendo reuniones clandestinas, pero consiguiendo una importante infraestructura del sonido. Esto es, gran potencia, sobre todo poniendo hincapié en los graves y subgraves. Así como elementos decorativos muy coloridos que hacen volar la imaginación de quién las observa. Con todo ello, el maestro de ceremonia es la música y el buen ambiente, y el artista pasa a ser un invitado de lujo a esa reunión social, siendo el encargado de guiar las emociones de los asistentes. A veces reclamará su atención, y les hará vibrar con la música, y otras les dejará más reflexivos o en trance, preparándoles para otra subida. Igual que cualquier ópera mozartiana, que en la época para muchos sólo sería (que no es poco), puro y placentero entretenimiento, y sin embargo, si analizas la obra encontrarás una critica social, un timbre y texturas diferentes para cada personaje, etc.

 EL RITMO

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¿Cuál es la diferencia entre música popular y culta en la música electrónica contemporánea? El ritmo parece ser la clave. Es el latido. Es el pulso lo que delimita la linea divisoria entre lo visceral y la mera diversión y entretenimiento. El ritmo,   reflejado en las pulsaciones, las revoluciones por minuto, significa vida y significa placer. Las distinciones llevadas cabo comúnmente entre música culta y música popular, han sido superadas por el contenido rítmico de lo trabajos musicales. En la música electrónica, los dos artes, el considerado elevado o culto, y el considerado popular, pueden usar herramientas ligeramente diferentes, pero su aproximación estética se suele limitar al uso o a la ausencia de estructuras repetitivas.

 Así, el ritmo ha sido el engranaje fundamental en la transformación musical del siglo XX. Desde “La consagración de la Primavera” de Ígor Stravinski, pasando por las obras de Stockhausen y a la consolidación del jazz, hasta los ritmos programados de la música techno.

 En los últimos diez años, una nueva generación de músicos se ponían a trabajar sobre el ritmo, sin importarles las distinciones entre música popular y arte elevado que parecían empeñados en continuar los críticos y musicólogos contemporáneos. Sin embargo, lo que se vivía era un nuevo acercamiento estético cada vez más claro entre música culta y popular en el ámbito de la música electrónica. Esto era posible gracias a las nuevas tecnologías informáticas. Hay que destacar que estos avances y cambios empezaron en la década de los setenta, y sobre todo en los ochenta, favorecido por  el desarrollo de la cultura global, en favor de una música menos eurocentrista.

 El desarrollo y evolución de la construcción y creación de los diferentes ritmos en la música electrónica actual,considerada música de baile, es una forma de arte en si misma, y que se transforma y muta rápidamente en su transmisión a través de las redes globales de distribución, información y comunicación pertenecientes a este entorno; y que cada día ve ampliar sus horizontes. Así como los compositores en periodos anteriores trabajaron en un entorno de parámetros formales, de cánones establecidos, los innovadores compositores de música popular electrónica usan un  ritmo estable. Se guían por nuestro latidos del corazón, recordando a aquellos chamanes primitivos que controlaban el tiempo y la realidad de lo asistentes a la ceremonia por medio del ritmo del tambor. Son estructuras basadas en el loop (repetición) y en la rítmica del  4/4 como vehículo de transmisión de un amplio abanico de ideas compositivas. Cambios de tempo, manipulación del sonido y estructuras numérico binarias complejas, hacen  posible la consagración definitiva de una nueva ciencia del ritmo.

 UN NUEVO CAMINO

 De la misma forma que los solistas de jazz se escuchaban los uno a los otros y se copiaban frases para introducir en sus solos, o al igual que los compositores románticos se comunicaban por medio de cartas para expresar sus ideas o sus dudas musicales a otros compositores, los productores de música electrónica escuchan y aprenden los unos y los otros a través de los medios de comunicación (cada vez más numerosos y menos underground) de djs, grabaciones de cds, vinilos y por supuesto por medio de intenet. El ordenador esta sustituyendo a la guitarra como nuevo elemento de expresión para los nuevos músicos.

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 Las diferenciaciones entre música culta o música popular, deben de pasar a un segundo plano o ser relegadas definitivamente, ya que no dejan de ser esencialmente clasistas. Así, el blues fue la música de los esclavos, el rock la de los inconformistas, como el punk fue la de los marginados sociales. Pero con la música electrónica, resulta aún más inútil esta separación, y observamos como los músicos considerados de música culta electrónica (música aleatoria o experimental), aunque incorporen elementos rítmicos más comunes, su música sigue estando reducida a un ámbito de música electrónica académica. En cambio, si es un productor de música electrónica popular (o de baile), acude a estructuras más experimentales; que encajarían dentro de la música culta, su audiencia seguirá sintiéndose cómoda en esos nuevos parámetros rítmicos. Es el caso de músicos como Aphex twin o Richie Hawtin, que trabajan con diferentes seudónimos para poder satisfacer todas sus inquietudes musicales.

 Esta forma de pensar no es exclusiva de los círculos de música electrónica, y son cada vez más mayoritarios los sectores de la critica especializada, que consideran que la música clásica está desapareciendo tal y como la conocíamos. La música para teatro y cine (y las bandas sonoras de los videojuegos) han eclipsado al nuevo repertorio clásico. Por su parte, la música electrónica esta teniendo claro predominio sobre la música acústica, debido en parte a la velocidad con que las nuevas tecnologías se vienen desarrollando, y porque vivimos en un momento único en que la música también lidera y predomina sobre las artes visuales.

 Los músicos electrónicos trabajan de una manera muy similar a como trabajan los escultores y pintores. Son ellos los compositores, los arreglistas y los propios interpretes de su música, no como ocurría con los compositores clásicos, por ejemplo.  La oposición entre arte elevado (o culto) y arte popular electrónico esta en proceso de cambio, debido en gran medida, a los grandes avances en accesibilidad e interacción musical. En un futuro, el arte etiquetado (y subestimado) de popular, será finalmente asumido como arte elevado y llegará un periodo en que el arte será consumido y disfrutado por un público mucho más amplio y diverso que en ninguna otra época. Este cambio es parte de otro cambio cultural aún más amplio, y que tiene que ver con lo que opinaba el filósofo, escritor e historiador Terence  McKenna. Él lo explicaba como el “renacer de lo arcaico”, época en que el arte, a través de la globalización de los medios, asumirá un rol similar al de su posición en épocas preliterarias. Es decir, el arte se hará por todos y para todos, sin distinción de clases… sin analfabetos.

 El arte (más bien los críticos y los musicólogos) ha invertido suficiente esfuerzo en proteger a un supuesto arte más elevado y académico de otro más intuitivo y popular. Creo que ya es hora de que el arte deje a un lado esta separación, se sume a esa conexión social, y colabore en el incremento de la cultura global.

Texto by J.Moratinos

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