La cosa está difícil para un burgander, pero siempre queda algún rincón donde crecer. Te veo en Pentasa, eres joven y estás haciendo una improvisación ecléctica, no tienes miedo ni muros. Al día siguiente nos encontramos en el Tangente al ritmo de free jazz. No apto para cualquiera.
Pasan unos días, caminamos por Fuentes Blancas y de fondo nos acompaña una dulzaina. Vamos para Bernardillas, en el Al Fondo hay Sitio han puesto un discazo, un mítico directo. Y si hay fútbol, suenan los dos audios. Prioridades.
Hay concierto en el Charol, Gamonal está bailando. Nos sobra energía gracias al pincho en el Ma-is. La noche es Burgos. Me escribes diciendo que estás en el centro, imagínote en el San Francisco 7, o en el Cubo (y me preguntas qué es Magic Botao… Magic Botao eres tú). Seguro que también estás oyendo temazos.
No buscas los hits ni canciones que devora la radio, podemos ir a Las Musas. Hay jam, virtuosos del barrio con sirvengüenzos autenticas. Quien no se atreve se va decepcionado consigo mismo a la cama, aprieta los puños y se duerme soñando que a la siguiente dejará boquierto al público.
Al día siguiente, charla interesante en La Maldita. Ellos dicen biblioteca anarquista, yo digo biblioteca imprescindible. Luego sudamos en La Perla Negra, una noche de ruido. A gusto. La vida es Burgando, y los de Burgos tontas no son. Aunque te noto algo triste, y es que te falta techno corazón.
En El Chapiteles, la gente se va pasando el micro. Buenos ritmos salen de esos platos, de esas manos. Pude viajar hasta Belgrado. No somos ciudad grande, pero el trap ha calado (y no, no somos ni de Kinder ni de Flaco). Dicen que uno de aquí le hace los videos al canario ese que lo está petando. También, por lo que se ve, artistas de aquí suenan en Radio 3. ¿Pero quién apuesta por ellos? Vosotros, vosotras sí que sabéis lo que es bueno.
No pisamos las Bernardas, no somos mainstream. Nos besamos debajo de todos los arcos, y qué orgullo anunciar otro Dual Club. ¿No sabes en qué teatro nos encontramos? Sólo para locos.

¿Burgas?