Juego con mi perro, y deseo que me arranque la cara
Que en un lance fortuito, me devore las entrañas
Que pueda ver inmóvil, como se come mi oreja
Sentir que desea parar, mas su instinto no le deja.
O mejor, notar como es capaz de razonar su comportamiento
Que no dude en atacar, aunque no ande hambriento
Que no deje ni los huesos, llévate mi mísera alma perro.