En un mundo en el que todo se rige por el poder del dinero. Sólo puedo decir:
– Sólo lo necesito para comer.
– Si soy la cantidad que tengo en el banco, prefiero no ser.
– Todo lo que pueda comprar, no es comparable a cuantos pueda abrazar con sinceridad.
– Él no me escucha, no me entiende, no me ama.
– Las personas que viven por el olvidan lo que nos hace humanos.
– Todo lo que destruye este planeta y a los que viven en él es por causa del mismo.
– Si las ideologías siguen su olor, si al final todo lo que nos digan se reduce a acumular más, será que sólo existe una idea. Amasen todo lo que puedan y serán felices, sin importar cual sea el camino para alcanzar ese fin. Pues no lo quiero y punto.
– Religiones, jajjajjaj
sin comentarios.
– Hombres y mujeres reducidos a imágenes retocadas sin pasar por el ordenador, personas de plástico sin conciencia. Eso sí, guapos guapos y bien presentados, como una manzana embadurnada en cera para que brille en una sesión de fotos y lista para decorar los carteles en los supermercados donde sólo nos venden mierda.
– Si no puedo quedar con mis amigos porque no puedo tomar unas cañas por falta de pasta, esos no son mis amigos, son otro espejismo producido por la mezcla de los colores de los billetes.

– He de reconocer, que mediante el intercambio de mi dinero con un vendedor puedo adquirir cosas, pero eso no quiere decir que eso me haga más feliz.
– Todo lo que puedo comprar me roba mi creatividad, mi imaginación, mi libertad a la hora de expandirme.
– Me siento mal cuando no lo tengo, pero peor me siento cuando lo tengo y por alguna extraña razón lo malgasto en gilipolleces. Me siento mal cuando debo y no puedo pagar, y es que llegar a deber es otra de las cosas que no entiendo. Por qué tuve que pedir? Qué me hizo necesitar? Algo me obligó a ello? Fui yo que no supe vivir sin él?
– Son demasiadas preguntas, son demasiadas razones para odiarlo con todas mis fuerzas. Y siendo realista, se que en cierto grado dependo de él, pero me gustaría poder dejarlo a un lado y poder quitarme el gran peso que supone cargar con la fatalidad de tener algo tan dañino que no aporta nada.

Y ahora después de esto, me voy a comprar algo súper molón que estoy deprimido y no hay nada mejor para quitar las penas que gastar a espuertas. JAJAJAJAJAJJAJAJAJ ENGA YA!!!!!!