Existía una tierra en la que no creían en nosotros,nos mermaban con flashes de productos y formas de vida que intentaban implantarnos, desacreditaban nuestras ideas y las que les gustaban las hacían suyas, pusieron muros en nuestras mentes y calles y levantaron castigos para paliar nuestra libertad a la hora de expresarnos. Cuando surgía una nueva forma de expresión la tapaban con un manto blanco, si no, intentaban sacar tajada de ello robandonos el alma y privandonos de nuestra libertad. Pocos sobrevivían, los que sabían adaptarse trabajaron para ellos en sus grandes fábricas e inventos, quedando en un plano alejado sus habilidades natas, olvidando su naturaleza y poniendose en contra de lo demás,aquellas paredes blancas reflejaban su alma mecanizada y la imaginación se convirtió en producto de la sugestión obligatoria, querían eliminarnos a todos.